La mujer, ese ser a veces tan difícil de comprender.
Cuando dicen: «A mí no me pasa nada», empieza la sirena a sonar, avisando de una colisión inminente.
Vas a salir y preguntas a donde quiere ir y te responde: «Donde tú quieras», ahí hueles el peligro, es entonces cuando tienes que elegir bien el siguiente paso.
Atento a los cambios de estilo, si, ya sé que tu podrías ir a trabajar en pantalón corto y chanclas sin darte cuenta, pero con ellas hay que extremar la atención en estos casos.
Un cambio de peinado, un corte excesivo de pelo, un cambio de color radical, todo eso son señales. Es un lenguaje complicado lo entiendo, pero hay que esforzarse por comprenderlo.
A veces haces una pregunta sin importancia, que solo precisa una respuesta afirmativa o negativa, un solo si o no. Entonces recibes tres preguntas alternativas a la tuya como respuesta, de las cuales va a ser difícil que salgas airoso.
Si tienes hijos y la batalla te encuentra en medio, lo siento, has perdido. No gastes energía entre una madre y un hijo, en este caso el material sobrante eres tú.
Sin embargo, ese ser tan difícil de comprender es fascinante.
Capaz de hacer varias cosas a la vez, no resoples, es posible.
Es la persona que tira de ti cuando ya no te quedan fuerzas y además lo hace con una sonrisa.
Cuando te sientes perdido en la oscuridad, esa luz que ves al final es ella, firme, potente, como un faro que guía a las embarcaciones perdidas y que avisa de los arrecifes de la vida para que no embarranques en ellos.
Es la pacificadora, la sanadora, que te inunda de tranquilidad y confianza el espíritu. Es la amante que colma tus pasiones.
Y cuando te sonríe sale el sol, y te das cuenta de lo mucho que la quieres y que la necesitas, aunque a veces no la entiendas.
Es cuando das gracias por tenerlas tan cerca, por poder disfrutar de tu madre, de tu hija, de tu pareja, de todas las mujeres que te rodean.
Esfuérzate por entenderlas, pero si no lo consigues, no te desanimes, sigue intentándolo, lo principal es que las quieras y las respetes, todos y cada uno de los días de tu vida.